Arabia Saudita aseguró este martes que puede hacer frente a los efectos de los ataques contra dos destacadas plantas petrolíferas del reino, que provocaron ayer una subida del precio del crudo de entre un 10 y un 15 % en los mercados internacionales.
El rey saudita, Salman bin Abdelaziz, insistió el martes en que su país puede manejar los efectos de los ataques contra las plantas de Abqaiq y Khurais, pertenecientes a la compañía petrolera estatal Aramco, y añadió que el blanco del ataque no fue solo su país sino la economía mundial.
El monarca destacó "la capacidad del reino para abordar las consecuencias de este tipo de agresiones cobardes, cuyos objetivos no son sólo las instalaciones vitales saudíes sino también los suministros petroleros internacionales, lo que amenaza la estabilidad de la economía mundial", según la agencia de noticias oficial SPA.
Salman bin Abdelaziz presidió este martes un Consejo de Ministros, en el que fue informado de las "graves consecuencias" de los ataques, calificados de "cobardes" por el gabinete.
El Gobierno saudita solicitó a la comunidad internacional que "confronte claramente estos actos barbáricos que afectan a la columna vertebral de la economía mundial", según SPA, ya que los ataques han reducido en más del 5 % el suministro global del crudo por los daños causados en las instalaciones de Aramco.
El principal aliado internacional de Riad respondió al llamamiento rápidamente y el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ha puesto rumbo al país para coordinar la respuesta a los ataques de los que ha responsabilizado directamente a Irán, aunque Teherán lo ha negado.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, anunció en Washington el viaje de Pompeo y aseguró que el mandatario, Donald Trump, "determinará en los próximos días las medidas adecuadas" que debe tomar la Casa Blanca.
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"Pero Estados Unidos tomará cualquier medida que sea necesaria para defender a nuestro país, nuestras tropas y a nuestros aliados en el golfo (Pérsico). Pueden contar con ello", subrayó Pence.
"Estamos cargados y listos, y estamos preparados para defender nuestros intereses y a nuestros aliados en la región. Que nadie se confunda", remachó, aunque evitó señalar directamente a Teherán y dijo que la Inteligencia sigue trabajando "diligentemente para revisar las pruebas" del ataque reivindicado por los rebeldes chiíes del Yemen.
Por su parte, otro aliado de Riad y de Washington en el golfo Pérsico, Kuwait, se mostró preparado para hacer frente a "cualquier acontecimiento que cause inestabilidad o inseguridad en el país y la región".
El ministro de Exteriores kuwaití, viceprimer ministro y ministro de Defensa en funciones, Sabah Jaled al Hamada al Sabah, se reunió el martes con el jefe del Estado Mayor del Ejército, Mohamed al Jedr, y afirmó la necesidad de estar "en alerta máxima" ante "los posibles escenarios" que pueden abrirse tras el ataque con drones.
Si bien Kuwait siempre intenta mantener una postura neutral en el conflicto entre sus vecinos, el pequeño país petrolero forma parte del Consejo de Cooperación del Golfo y es una de las monarquías suníes de la zona que está a la sombra de las políticas que marca Riad.
Mientras Emiratos Árabes Unidos (EAU), socio más destacado de Riad en el conflicto del Yemen, donde Arabia Saudita interviene militarmente desde 2015 en contra de los rebeldes hutíes, llamó a los países árabes y de la comunidad internacional a adoptar una "posición correcta" al lado de Riad -en su opinión- por "la estabilidad y seguridad de la región".
Así lo expresó a través de Twitter el ministro de Estados de Asuntos Exteriores emiratí, Anwar Gargash, que también consideró que "justificar el ataque terrorista sin precedentes contra las instalaciones de Aramco por los desarrollos de la guerra en el Yemen es completamente inaceptable".
El lunes, el presidente de Irán, Hasan Rohaní, dijo que los yemeníes tienen derecho a "defenderse" y a lanzar "contraataques" ante los bombardeos de la coalición militar encabezada Arabia Saudita.
La alianza árabe indicó el lunes que las armas empleadas en el ataque del sábado eran "iraníes" y que los drones no fueron lanzados desde el Yemen, al sur de Arabia Saudita, que por su parte se ha mostrado más prudente a la espera de que concluyan las investigaciones.