HARLINGEN, Texas — Cuando el presidente Joe Biden levantó la restricción fronteriza de la era de la pandemia del COVID-19 conocida como Título 42 en mayo, los funcionarios del gobierno esperaban un fuerte aumento en la cantidad de inmigrantes que ingresaban a los Estados Unidos.
Los peores escenarios no ocurrieron, y el gobierno ha estado promocionando una caída del 42% en los cruces fronterizos ilegales desde mayo. Pero la realidad en la frontera hay más matices: la cantidad de migrantes que llegan a los EEUU sigue siendo alta, dijeron varias fuentes policiales. Y el gobierno Biden ha estado aumentando las deportaciones.
Una parte central de ese esfuerzo se puede ver aquí en la pista de un aeropuerto en el Valle del Río Grande, donde el miércoles por la mañana, más de 100 migrantes, en su mayoría mujeres y niños, bajaban de los autobuses y subían a un avión fletado que los llevaría de vuelta a Honduras. El vuelo está a cargo de ICE Air, un programa que alquila varios aviones cada semana desde varios estados para enviar a los migrantes de regreso a sus países de origen.
Según el Departamento de Seguridad Nacional, unos 85,000 migrantes han sido “repatriados” desde que se levantó el Título 42. Eso es un 65% más que en el mismo período del año pasado, que vio 51,246. Durante el mismo período del año anterior, hubo 33,087 repatriaciones, se indicó.
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