La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días emitió esta semana una serie de nuevas políticas que amplían sus restricciones sobre los miembros transgénero.
Las políticas, publicadas el lunes, incluyen reglas que prohíben a las personas transgénero trabajar con niños, convertirse en sacerdotes y servir como maestros. La iglesia también amplió una regla existente que prohibía a las personas transgénero ser bautizadas.
Los miembros transgénero también podrían enfrentar una posible anotación en sus registros de membresía, agrupándolos con los feligreses que han cometido incesto, comportamiento sexual depredador, violencia sexual contra niños y malversación de fondos de la iglesia.
"Los líderes de la Iglesia aconsejan no buscar una transición quirúrgica, médica o social para alejarse del sexo biológico al nacer", afirma el Manual General de la iglesia. "Los líderes advierten que tomar estas acciones resultará en algunas restricciones para la membresía de la Iglesia", agrega.
El manual señala que quienes "cambien de sexo y abandonen su sexo biológico al nacer" no serán rechazados por completo.
"Se anima a estas personas y a sus familias a que consulten con sus líderes locales sobre la participación en la Iglesia", afirma.
Las nuevas reglas, que fueron parte de una actualización más amplia del Manual General, llegan aproximadamente cuatro años después de que la iglesia con sede en Salt Lake City, Utah, publicara por primera vez pautas extensas sobre las personas transgénero.
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La iglesia no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre las nuevas y ampliadas restricciones para los miembros transgénero.
Taylor Petrey, presidente del departamento de religión en Kalamazoo College en Michigan y autor de un libro de próxima publicación sobre la intersección de la sexualidad y la fe, "Queering Kinship in the Mormon Cosmos", dijo que los nuevos cambios hacen que la iglesia sea "mucho más restrictiva y mucho menos complaciente de lo que solía ser".
Petrey señaló la norma de 2020 que restringía el bautismo de las personas transgénero. Esa norma solo prohibía el bautismo de las personas transgénero si habían comenzado un tratamiento médico relacionado con la transición. Sin embargo, se amplió esta semana para prohibir también el bautismo de las personas transgénero si han realizado una transición social (cambio de nombre o apariencia) sin someterse a una atención médica que reafirme su género.
"Lo que se ve en este cambio de 2024 es un retroceso en algunas de esas cosas o cierta preocupación de que algunos líderes de iglesias locales habían llevado las cosas más allá de lo esperado en 2020 cuando implementaron estas nuevas políticas", indicó.
Según el manual, la iglesia permitirá excepciones a las limitaciones solo si recibe permiso de sus líderes. También establece que las restricciones a las personas transgénero pueden revertirse si abandonan su transición.
Las nuevas políticas entran en conflicto con la postura más acogedora de la iglesia hacia la comunidad LGBTQ en los últimos años, que siguió a la reacción negativa de principios de la década del 2000 por su apoyo a la Proposición 8 de California que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Aunque todavía se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y las relaciones sexuales homosexuales consentidas, la iglesia se pronunció a favor de la Ley de Respeto al Matrimonio en 2022, que consagró protecciones para las uniones matrimoniales entre personas del mismo sexo e interraciales en la esfera federal. En ese momento, la iglesia dijo que apoyaría la legislación porque "incluye protecciones apropiadas para la libertad religiosa al tiempo que respeta la ley y preserva los derechos de nuestros hermanos y hermanas LGBTQ".
En 2019, la iglesia también emitió una política para permitir que los hijos de parejas del mismo sexo sean bautizados, revirtiendo una decisión anterior de 2015 de impedir esos bautismos.
En una sección más amplia, el manual de la iglesia afirma que "no toma posición" sobre las personas que "sienten que su sentido interno de género no se alinea con su sexo biológico al nacer".
"Estos individuos a menudo enfrentan desafíos complejos. Ellos, y sus familiares y amigos, deben ser tratados con sensibilidad, amabilidad, compasión y amor cristiano. Todos son hijos de Dios y tienen valor divino", dice el manual.
Petrey dijo que la contradicción es el resultado de cómo la iglesia y otros grupos religiosos "se están adaptando al panorama cambiante en torno a las cuestiones LGBTQ en los últimos 20 a 25 años".
"La iglesia también ha luchado para encontrar la manera de encontrar el equilibrio en estas cuestiones, aferrándose a lo que considera elementos inmutables de sus enseñanzas mientras sigue intentando llegar a los miembros LGBTQ y ser inclusiva. Y estamos descubriendo que esos dos grupos todavía no son capaces de encontrarse en el punto medio en este caso", indicó Petrey.