El presidente de La Iglesia de Jesucristo, Russell M. Nelson, en un discurso a los estudiantes de la Universidad Brigham Young, propiedad de La iglesia, explicó las políticas de 2015 que prohibieron los bautismos y etiquetaron a las personas en matrimonios del mismo sexo como pecadores elegibles para expulsión.
"Sabíamos que esta política creaba preocupación y confusión para algunos y angustia para otros", dijo Nelson. “Eso nos entristeció. Cuando los hijos e hijas de Dios lloran, por cualquier razón, nosotros lloramos ”.
El presidente afirmó que la política original estaba motivada por el amor y el deseo de evitar fricciones entre las creencias de los padres homosexuales y sus hijos.
Nelson se convirtió en presidente el año pasado, pero fue miembro de un importante órgano de gobierno llamado Quórum de los Doce Apóstoles cuando la política entró en vigencia.
Russel M. Nelson, de 95 años, quien es considerado un profeta por los miembros de La Iglesia de Jesucristo, dijo que la oposición de larga data de La Iglesia al matrimonio homosexual proviene de la creencia de que él y otros líderes deben seguir la ley de Dios que dicta que el matrimonio está restringido a las uniones entre un hombre y una mujer.
Sostuvo que los líderes no pueden cambiar las leyes de Dios pero tienen la autoridad para ajustar la política de la iglesia.
Los comentarios marcaron el último intento de la fé con sede en Utah, de forjar una postura más empática hacia las personas LGBTQ mientras se adhieren al rechazo doctrinal del matrimonio homosexual en medio de la aceptación social generalizada.
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Los críticos dicen que el acto de equilibrio ha llevado a políticas confusas que dejan a los miembros LGBTQ y sus aliados confundidos y a veces angustiados.
La política de 2015 enfureció a muchos y provocó protestas y algunas deserciones.
La iglesia considera que las relaciones homosexuales son un pecado, lo que obliga a los miembros homosexuales y lesbianas a evitar intimidar las relaciones para seguir siendo miembros de pleno derecho.
Laura Root fue miembro de toda la vida de La Iglesia hasta que fue expulsada el año pasado por tener una relación lésbica. Llamó a la explicación de Nelson de la política y la derogación como "ilógica".
Ella cree que Nelson y los líderes aman a los miembros LGBT, pero dijo que hay una desconexión.
"¿Es amoroso decir:" Sí, los amamos pero no les daremos la libertad de tener un romance en su vida? ", Dijo Root, una consejera de salud mental de 49 años en Boise, Idaho. "Se siente muy cruel ".
