La noche del domingo se realizó en México el segundo debate presidencial de ese país, en el que de nueva cuenta los candidatos de las coaliciones y partidos aprovecharon los turnos para exponer sus ideas y propuestas pero también para acusarse y señalarse.
Apenas comenzó a correr el cronómetro, el foro se convirtió en un cuadrilátero donde los golpes verbales rebotaban uno tras otro como cuerdas de lucha libre.
Xóchitl Gálvez señaló y acusó una y otra vez a su opositora de "Sigamos Haciendo Historia".
Entre propuestas y una postura serena, la aspirante del partido oficialista respondió a cada arremetida.
Mientras tanto el candidato del Movimiento Ciudadano evidenciaba con carteles a sus adversarias.
Desde que arribaron Xóchitl Gálvez, Jorge Álvarez y Claudia Sheinbaum se mostraron confiados y aseguraron que estaban listos para enfrentar a sus contrincantes.
En esta ocasión los candidatos llegaron caminando hasta las instalaciones, no hubo autobuses, ni bicicletas pero si muchas vallas y un fuerte dispositivo de seguridad.
El encuentro fue reprobado por los mexicanos quienes lo siguieron a través de sus pantallas.
Al final los tres protagonistas de este debate se despidieron, y sonrientes y confiados se marcharon a seguir luchando para que el electorado los favorezca en las urnas el próximo 2 de junio.
El tercero y último debate será el 19 de mayo.
Al menos 13.7 millones de personas observaron el primer debate el 7 de abril pasado entre los candidatos a la presidencia de México realizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), según reveló el centro de investigación de audiencias HR Ratings Media.
El director general de HR Media, Rodrigo Gómez, detalló en una conferencia de prensa del INE que, del total de 75 millones de votantes potenciales que pudieron ver el debate, lo observaron solo casi dos de cada 10 (un 18%).
Precisó que la mayoría optó por medios tradicionales, como la televisión, para observar el debate previo a los comicios más grandes de la historia en México el 2 de junio.