Golpes y abuso sexual son parte del día a día de niños, niñas y adolescentes.
CIUDAD DE MÉXICO - Las salas de urgencias y los consultorios son mudos testigos de la pesadilla que han vivido miles de menores que sufren maltrato dentro de sus hogares en México.
"Los reportes que tenemos provienen de datos oficiales", afirma Tania Ramírez, directora de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM).
Esa organización publicó un estudio en el que revela que durante el 2021 cada día fueron atendidos en los hospitales al menos 38 menores con lesiones causadas por sus padres o los adultos que los cuidan.
"Por violencia familiar 12,918 niñas, niños, adolescentes; de estas 88.3% eran niñas y adolescentes", detalla.
El reporte habla de víctimas en toda la república de entre 0 y 17 años y es avalado por expertos, como el médico Luis Fuentes, quien asegura que durante esta pandemia han aumentado de forma alarmante las solicitudes de servicios por este motivo.
"A veces tienen que llegar al hospital porque llegan a descalabrarse, a tener lesiones de luxaciones e incluso fracturas. Lo más frecuentes son los golpes en la cabeza", dice.
Investigadores y el personal médico coinciden en que la situación es más preocupante de lo que parece.
La cifra publicada de casi 13 mil casos en un año es apenas un referente, porque no es un secreto que la mayoría de estas agresiones no son denunciadas ni sus autores castigados.
Para evitar ser investigados, indican quienes analizan el problema, los agresores llevan a sus presas a consultas privadas y en casos extremos aseguran que fueron accidentes.
"Es decir sabemos que seguramente hay un subregistro de este tipo de lesiones", subraya Ramírez.
Pero los golpes no son el peor escenario. El informe confirma también que en ese periodo casi 7,000 menores llegaron a los hospitales por violencia sexual, muchas veces cometida dentro del lugar donde deberían estar seguros: su casa.
