Los primeros datos apuntan a un fallo estructural en las vigas de apoyo como causa del desplome de dos vagones del metro en la Ciudad de México, tras la caída de un puente, según las autoridades. La tragedia dejó hasta el momento 25 muertos y más de 70 heridos.
La alcaldesa Claudia Sheinbaum instó a la población a evitar especulaciones y prometió una investigación profunda e independiente. Las autoridades esperaban presentar un primer informe preliminar sobre accidente el viernes.
La Línea 12 es la más larga y nueva de Ciudad de México, pero ha tenido una sucesión de problemas desde que empezó a operar en 2012. Su recorrido llega hasta la zona más rural al sur de la ciudad. Unos 220,000 pasajeros la utilizan a diario.
FAMILIARES DESPIDEN CON DOLOR A SUS SERES QUERIDOS
La indignación de la gente ya ha encontrado varios blancos, como la directora del metro, Florencia Serranía. Sheinbaum dijo que no había recibido reportes de problemas en la Línea 12 que sugirieran la posibilidad de un fallo como el del lunes por la noche.
Serranía dijo el martes que la línea recibía una inspección diaria “muy rigurosa”. También se revisó en junio de 2020 tras un sismo fuerte pero que no dejó daños significativos en la ciudad, añadió.
Un reporte municipal de 2017 identificó, sin embargo, daños importantes en un tramo de la línea tras el terremoto de magnitud 7.1 de ese año.
México
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que fue alcalde de la Ciudad de México entre 2006 y 2012, cuando se construyó la línea, también recibió críticas.
Ampliamente considerado como el posible sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador, Ebrard dijo que los responsables debían ser identificados y añadió que colaboraría con las autoridades.
Sin embargo, podría tomar meses determinar qué provocó el accidente e identificar a un responsable. Los familiares de muchas víctimas afrontan necesidades inmediatas provocadas por la pérdida de sus cabezas de familia.
Gisela Rioja pasó el lunes por la noche y el martes por la mañana recorriendo los hospitales de la ciudad en busca de información sobre su marido, Miguel Ángel Espinosa Flores, que trabajaba en unos grandes almacenes a unas pocas paradas del lugar del accidente.
Lo encontró el martes en una morgue en el barrio de Iztapalapa. Lo describió como trabajador, responsable y feliz. Ella y sus dos hijos dependían de sus ingresos.
“Yo quiero justicia para mi esposo porque no con un simple perdón va a regresar con nosotros”, dijo. “Para mí era un amor, para mí era todo. Me duele mucho, mucho, mucho por cómo terminó.”
Luisa Martínez esperaba sentada el martes por la tarde ante las oficinas municipales de Iztapalapa a que se entregara el cadáver del esposo de su sobrina, Carlos Pineda, un dentista de 38 años. Pineda deja una esposa y dos hijos, de 7 y 13 años.
″Él era el que mantenía a su familia. Ahora ellos quedaron sin sustento”, dijo Martínez. “Nos tienen que indemnizar ahora. No lo quiero en un año ni en dos años como todo trámite burocrático”.